Miami Beach, Florida, Febrero de 1964, a una semana de la pelea que iba a catapultar a la celebridad mundial al más Grande de Todos los Tiempos, Muhammada Ali, se da uno de esos raros encuentros que juntan dos universos, casualmente Los Beatles también estaban en la misma ciudad preparando su presentación en el Show de Ed Sullivan, que esta vez se transmitiría desde la ciudad del sol en vez de su habitat natural Nueva York.
Miami Beach, Florida, Febrero de 1964, a una semana de la pelea que iba a catapultar a la celebridad mundial al más Grande de Todos los Tiempos, Muhammada Ali, se da uno de esos raros encuentros que juntan dos universos, casualmente Los beatles también estaban en la misma ciudad preparando su presentación en el Show de Ed Sullivan que esta vez se transmitiría desde la ciudad del sol en vez de su habitat natural Nueva York.
Alí enfrentaría a Sonny Liston en una pelea en la que los más etendidos en el deporte de las narices chatas y las orejas de coliflor, apostaban 7 a 1 en favor de Liston.
Por esos días todas las celebridades querían estar con los 4 Fantásticos y ellos también estaban en el proceso de consolidación hacia la fama universal. El inmortal Joe Luis que acompañaba a Liston había manifestado su deseo de conocer a Los Beatles, pero como Paul se atrevió a pronosticar el triunfo de Alí, de inmediato se hicieron arreglos por parte del promotor Harry Conrada, para que los genios visitaran el gimnacio de la calle quinta donde se preparaba el Superman Negro.
Los Beatles nunca habían sido inclinados al boxeo, aunque el padre de Pete Best había sido promotor de este tipo de evntos en Liverpool, pero ahora estaban aprovechando la oportunidad ¿Por qué? De acuerdo a George "a una gran cosa publicitaria. Todo era parte del negocio de ser Beatle, entrar en cuartos donde hubiera reporteros tomando fotos y haciendo preguntas".
De pronto aquel pesado y humeante recinto vio la entrada de estos cuatro bichos peludos con pantalones ajustados, "Parcen cuatro niñas" gritó un patán de ring side que lucía un puro en sus labios. Los Beatles por su parte no se sentían tan cómodsos en aquel ambiente tampoco, para hacer las cosas peor, ya habían esperado 15 minutos (para un británico, un siglo), y Alí no aparecía "Dónde putas está Clay" preguntó Ringo a nadie en particular, luego le tocó a John: "Vámonos a la mierda de aquí", pero dos patrulleros floridanos les bloquearon la puerta para que esperaran a su anfitrión.
La ansiedad se evaporó el momento que "El Bocón de Louisville" apareció en el lugar: "Hola Beatles!" gritó, avasallándolos con su carisma, de acuerdo a Harry Conrad, Alí no sabía sus nombres. Los Beatles de inmediato congeniaron con Alí, corriendo al ring y payaseando, en un momento les dijo lanzando un jav de derecha: "Al suelo gusanitos" y los genios cayeron a la lona, John le dijo que se parara arriba de ellos e hiciera una pose de victoria, a lo que obediente Alí accedió. Luego tomó del cuello a Ringo como a un alfeñique y su entrenador Drew Bundini Brown le rogó que por favor le perdonara la vida. Luego Alí improvisó uno de su célebres cuartetos:
"When Sonny Liston picks up
the papers and sees,
that The Beatles came to see me
he will get angry and I will knock him in three"
No una pieza de Lord Byron, pero deleitó a los autores de
"Love, love me do
you know I love you,
I'll always be true
so please..."
Para Los Beatles que iban velozmente a convertirse en íconos culturales, Alí les pareció una alma gemela. "Más que su carisma, les cautivó el poder de Alí" dijo el fotógrafo Harry Benson.
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